pobres de alma
pobres de corazón
pobres de cuerpo y de fuerza

pobres que no pueden pedir
pobres que no pueden decir que son pobres

la debilidad
que nadie debe saber
que existe

¿qué pasaría si se supiese? las palabras
no significarían nada. solo
abrasan lentamente los pensamientos
de quienes están a punto de morir

querer de una manera que no exista nadie que pueda entenderlo.

aguantaste
naciste

te conociste esperando nacer

(quizás por eso) poco añade esperar morir

tus amantes se alejan y eres tú todavía
tus hijos se alejan y eres tú

licántropos y empusas

lamias / lamiai

Una vez dijo el ángel: «No mirarás el cielo hasta que no sepas el tipo de rayo que caerá sobre ti».

Tres veces dijeron las mujeres que había que construir sobre el camino.

No hubo de ser así y lo siguiente es la pobreza:

La pobreza de la tierra, que es materia sobre materia, materia hecha de materia, no es la materia hecha de alma que otros dicen pues esa ‘energía’ a la que se refieren no es más que materia.

Salían del pueblo y tiraban colchas sobre la tierra, allí se sentaban. El cuerpo del fallecido cubierto por las mejores mantas de su familia. Las piedras se colocaban alrededor de modo que no pudiese ninguna alimaña entrar por debajo a comer. Clavaban un palo donde ataban cintas hechas con sus ropas. Así pasaban allí los días hasta que no hubiese luna. Aquella noche solo se hacía una hogueras y se esparcía el vino en la tierra y regresaban a sus casas antes de que amaneciese. Hasta que en las épocas de penuria comenzaron a prenderle fuego antes de que llegase la noche sin luna. Fue porque decían que se debía trabajar. Eso fue una desgracia. Nunca más desde entonces compartieron la comida. Eso no estaba bien y la gente tenía miedo y no sabía de qué. A partir de entonces se inventó la música y el baile hizo olvidar la pérdida del rito. La voz cantada ocultó el silencio de las palabras que ya nunca decían. Los instrumentos ocultaron el canto. Las imágenes ocultarán los instrumentos y el mundo terminará.

abre el arca de noche, allí
estarán los tres panes dulces

mira la vaca en el patio, las dos ovejas, las nueve gallinas

a partir de ese día solo se comerán los pájaros

todos los animales serán impuros

Llegará la tormenta y durará nueve días. El primer día hablarán en voz baja. El segundo comerán solo productos hervidos y pan. El tercero desayunarán juntos y rezarán. El cuarto intentarán salir del pueblo pero regresarán a sus casas. El quinto lo pasarán en sus cuartos. El sexto tirarán el oro y la plata. El séptimo harán un fuego y, arrepintiéndose, lo apagarán al poco. El noveno no habrá tormenta, pero tendrán miedo varios años.

la plata y el oro estuvieron semanas entre el barro

el herrero cogió los metales e hizo una estatua
sin saber qué forma debía darle

Hicieron ropas para las futuras tormentas cuya forma y color hoy se han olvidado. Pero ha prevalecido la norma de matar a quien haga música durante las tormentas.

sacrificaron animales para olvidar
la muerte de los hombres

los sacrificaron hombres
que dedicaron años de su vida en aprender
a usar el cuchillo cantando

sus casas se llenaron de olores indescifrables

y se descubrió la magia

pero desde entonces
los milagros pesan como inmensos
bloques de piedra. pesan
como herramientas de plomo

los magos se convirtieron en exorcistas

el sentido de la pertenencia se dividió
igual que se repartían las herencias, igual
que los manjares en la fiesta

No voy a nacer nunca, pensé, y pese a ello entré en este mundo pero tengo parte de mi ser en otro. No voy a nacer, dije, cuando sentí que el mundo era como una llanura de cristal sin límites. Eso me hizo pensar que todas las formas son grandes llanuras de cristal. Imagínate solo sobre una llanura de cristal infinita. No puedes agarrar nada, no puedes chupar nada. Ahí conocí las moscas y los animales que se pegan en las paredes. Intenté seguirles, pero me resbalaba. Ellos me hicieron nacer en parte. Pero estaba despierto y sé que todas las formas de este mundo son grandes planicies de cristal. Lo sostienen animales con ventosas o extremidades adhesivas, algo así como en el centro de la nada. Por suerte no he nacido del todo aquí. Ni siquiera la nada ha podido invadirme del todo. La nada hace que nuestros ojos vean ese cristal hiperplano como rugoso. Nuestra desesperación al intentar sujetarnos se funde con esa nada y hace surgir las formas y las sensaciones aparentes del mundo.

llegados a un punto vamos a llamarlo amor, algo
que aparece como las manchas irisadas de combustible
sobre el asfalto húmedo. como una sensación de drenaje
que nos libera de la sed y del ahogo. pero ese brillo
es también el de las conchas de nácar. recuérdalo,
recuerda entonces la dentera que produce el intento
de arañarlas, el simple roce del cuchillo en ellas

ahí está de nuevo el cristal infinito