Perdió el silencio y ha perdido el barro,
ha olvidado el tiempo vendido en cada paso,
ha escuchado tarde el canto del ocaso
del pájaro perdido, del viento encadenado.

Han muerto en la sombra la voz del alma amando,
los gozos del subsuelo y los ríos de tus manos
bajando eternamente a un mar equivocado.

Ya no da esta tierra más que abrojos, solo cardos
y estériles despojos vegetales e inhumanos.

Perdió el silencio y ha perdido el barro.