Busco esas vidas sin territorio, los seres
que no encuentran un lugar, los que viven
a medias y ocultándolo todo.
Busco las plantas que no se dan
en el clima de la visibilidad, el amor
que rebasa el borde de los cuidados.
Los objetos que los muertos ya no tocan
brillan más que nunca. Este mes de marzo
comprendo que tu rabia solo fue
una esperanza herida.
De ese corazón tan grande, de esa capacidad tan clara
de querer tanto y tan fuerte
los demás solo esperaron
resignación y realismo.
Por eso me fue invisible tu vida,
y por eso te busco ahora en vano entre las cosas.
Hoy entiendo tu dolor
y no estás aquí. Pero todos nos vamos.
Fuiste el mendigo de sus derrotas
y te dejaron fuera de sus falsos triunfos.