215 | La producción artificial de matices no sería más que el resultado de un proceso de oscilación dentro de un campo de matices. Cuanto mayor sea el grado de refinamiento de nuestra visión mayor sera la posibilidad de definir formas de oscilación, ondas de bien y mal, contrastes, microconceptos, por una simple inercia en el sentido de la transmisión, la interferencia. Los conceptos son transistores. Piezas moduladoras. Agentes que pulen la superficie angulada de las cosas según una aproximación manejable. Todas las aproximaciones forman parte del mismo movimiento marino: son adecuadas para unas cosas, inadecuadas para otras. Ese juego de oscilaciones es un juego de escalas, pero las reglas son siempre las mismas. Podemos pensar que los golfos esconden cabos, que las montañas están llenas de simas abisales, solo debemos encontrar la medida, la escala, la coordenada. Traducir todas esas operaciones a nuestro lenguaje, un lenguaje que de repente inunda una habitación en el que un determinado número de personas escuchan en la más profunda de las soledades. Sus mentes resuenan al unísono en torno a la misma idea. Comprenden algo, pero creen tanto en la comprensión que están dispuestos a despedirse desconociéndose más y más, ajenos a ese desconocimiento que se abre bajo sus pies. Por eso las palabras son la alfombra de la muerte.