Las diferentes formas del caos
son las diferentes especies animales de la luz
que harán ver de otro modo las cortinas, las paredes
y los suelos. Y que así tardarán en convertirse
en el roce y en la caída de esa piel descabellada y de los ojos
más humildemente pertrechados, los que encuentran
todos los movimientos y todas las verdades
comprendiendo el coste de las muertes perfectas
y sin saber dónde queda
el lugar al que volver para encontrar juntos
todo lo ganado y todo lo perdido.

Dadas las verdades que comprende esa certeza
que concierne a las costumbres desiertas, y la fuerza
de las palabras caídas que con
sus tremebundas distancias
hieren los días y vulneran
aquellos verdes remansos del ver y cierran
tus ojos ordenados y te estremecen por fin
en la fría altura de la más encarnizada
esperanza. Ahí quedan.

Aúllalo. Tardarás en comer tanto
como tarda en construirse un edificio, tanto
como tarda en descifrarse el gran rechazo.