Lo que está, aún dentro de las leyes
de la vieja materia. Esa gravedad que arde
para sus adentros coronada sobre un trono de luz
y que reina como una arcaica necesidad. Oye, este
rumor macizo e insoportable, esta radiación
que te enseña a atravesar el cuerpo y a cruzar el foso
remando con el aire arrancado de la montaña, compacto
rumor de bosques flotantes, libres como tumbas cubiertas
de espejos. Constable. Piranesi. Rosa. Lumbre
intacta en la que se agotan las combustiones.