Rainer María Rilke — Blumenmuskel
Blumenmuskel, der der Anemone
Wiesenmorgen nach und nach erschließt,
bis in ihren Schooß das polyphone
Licht der lauten Himmel sich ergießt,
in den stillen Blütenstern gespannter
Muskel des unendlichen Empfangs,
manchmal so von Fülle übermannter,
daß der Ruhewink des Untergangs
kaum vermag die weitzurückgeschnellten
Blatterränder dir zurückzugeben:
du, Entschluß und Kraft von wieviel Welten!
Wir, Gewaltsamen, wir währen länger.
Aber wann, in welchem aller Leben,
sind wir endlich offen und Empfänger?
— R.M. Rilke, Die Sonnette an Orpheus (1923)
Músculo de la flor, que a la anémona
al prado al alba poco a poco abre,
dando a su regazo la polífona
luz que el fragor del cielo vierte
en la flor-estrella quieta; tenso
músculo de los recibimientos sin fin,
tan desbordado de exuberancia a veces
que ni la señal de reposo del crepúsculo
puede apenas devolver su repliegue
a los bordes de las hojas desplegadas:
tú, ¡decisión y fuerza de tantos mundos!
Nosotros, violentos, nosotros duramos más.
¿Pero cuándo, en cuál de todas las vidas, seremos
ya por fin los que reciben siempre abiertos?