Because we know how lucky we are

Qué nos hace felices. Las campanas. Pero no son campanas, son la conexión entre los seres cuando se presenta llena de gozo.

Aunque a veces nos encontramos desubicados y parece ser necesario un regreso. Pero ese regreso es imposible. No queda claro si queremos volver a un lugar concreto o a un mundo ideal «until blindness come, I must wait / and blink at what is not good.» [148]

Will you come [162]

En esperar a otra persona está el modo de sentir el paso del tiempo. La luz. Pero también la voz del animal.

[Cf. Christina Rosseti, aparición en el sueño]

La poesía es palpar a ciegas lo que podemos vivir. No se trata de experiencias. No es la belleza general, sino hechos o cosas concretas. A nuestro alrededor hay señales que definen la amplitud. Lograr percibirlas es aumentar nuestro mundo. Esas señales con frecuencia son realidades naturales. La naturaleza es lo único que genera un espacio a los humanos para la vida en común. No solo porque los signos naturales no pueden interpretarse, las manifestaciones expresan de alguna manera la totalidad de los seres naturales sin imponer ninguna intención expresa. Algo muy distinto ocurre con las cosas artificiales.

Es un mundo de espacios en el que se producen encuentros casuales, imprevistos, llenos de intensidad. Momentos de intimidad inesperada o incómoda que se recuerdan al cabo de muchos años como graves señales vitales [128]. Ligereza y gravedad coinciden. La unión entre lo superficial y lo profundo solo puede darse dentro de un espacio natural. Solo en espacios en los que cada cosa es cada cosa, donde no hay un significado social que se proyecta sobre las cosas. No hay juegos de disfraces. No hay teatro social, porque no hay un rol que se ejerza, por la una fuerza misteriosa del entorno desaparecen los roles. La profesión y la edad se convierten en datos anecdóticos. Eso es lo que permite que el momento se quede clavado en la memoria como un momento de desnudez esencial. Esos momentos desaparecen en los mundos de las imágenes, pues en las imágenes se confunde la intensidad con una profundidad superficial donde nunca puede ocurrir nada.

La naturaleza muestra su esplendor y su declive. Pero sus destrucciones forman parte de la tranquilidad de la vida. Incluso del gozo: «to smell, to crumble the dark earth» [Digging, 183]. El paso del río bajo un puente es suficiente para que las amistades perdidas se vean como parte del orden del mundo, y eso genera en nosotros una sensación de paz [152].

La ausencia del amor nos empuja a la reflexión [251]. El amor es eso que sentimos por lo más básico de alguien: por ‘el barro que somos’ [252]. El amor enfrentado a la imposibilidad de dar o de ofrecer algo a alguien [264, 266]