Canta hasta que se ahoguen en tu alma
los astros estériles de la medianoche
porque vas a devolver a la vida
lo imposible de comprender.
Hoy el tiempo perdido
te devuelve el precio
de las noches que no oían
tus latidos cuando dijiste
que sembrar es callar
y hoy aquel regalo alcanza
la penumbra de los mantos de estrellas
y se disuelve como el humo
en las maternales entrañas
de los confines.
Hoy la noche poderosa descansa
sobre tu serenidad y todo lo que viviste
ya es fácil de contar.