Solo la palabra clara llega al fondo, donde la yedra
crece como oscuridad entre la oscuridad, abrazada
a la dulzura de la vida y al temblor de la esperanza.
Solo por descartar la muerte el corazón embiste a veces
con despiadada nobleza. Como canta y fallece el ave
que se agarra con toda su fuerza a las ramas altas.
A ese fondo que se pronuncia con voz lenta como el río
que desemboca sin prisa. Donde se deposita la voz,
donde se expande el cauce. Allí se deletrea el silencio.