Detén la búsqueda y abre la puerta del presente
hacia el presente. Aléjate del abismo del futuro,
desprecia lo vivible, desprecia la muerte,
que son capítulos absurdos de un destino ya viejo,
de un falso porvenir que caduca en cada momento.
Porque el ahora es un después de todo,
ahora ya eres lo que serás después de vivir,
y ahora ya sabes lo que sabrás tras burlar
la falsa eternidad de la muerte.
Aléjate del pozo del pasado, desprecia lo vivido,
pues es un agua profunda, pero necia y ponzoñosa.
Eres el mundo cantando. En este árbol viejo
y en el palacio de tus inmediatas carnes
habitan de nuevo ya todas las almas.