Rodea sus días
con tus palabras
y las convertirá en carne.

Nubla con la carne su paciencia
y la convertiré en alma,
aire que entiende el mundo.

La vida será como el rastro secreto que deja
la gran montaña en la niebla atravesada
por el primer sol de la mañana.

Y toda esa frondosidad será un día
la profundidad de tu corazón.

Pero si la mujer no conoce lo infinito
el hombre morirá.

Si el hombre no conoce lo infinito
la mujer morirá.

Si ni la mujer ni el hombre conocen lo infinito

ellos vivirán,
pero sus hijos morirán.