Tautenberg (verano). La soledad siempre
es poca. El olvido todo lo justifica. Es
como un clima de dolor y rabia. Amo
porque soy una estatua de odio,
aunque empuje otro amanecer
la vida es el resto de una fuerza,
la fuerza siempre domada. Llevadme
boca abajo, rozando el suelo
mi cara. Frente a los dioses
aún todo es misterio. Y por fin,
caminando de noche, nadie seré
allí perdido.